Hay que estar preparados para poder realizar una fotografía. Tanto tener el equipo y la habilidad necesaria para lograrla y sobre todo saber reconocer el momento o la situación, no siempre estamos buscando fotografías, muchas veces ellas nos encuentran y hay que aprovechar esas oportunidades.
Mis dos hermosas modelos del día de hoy llegaron hacia mi, fueron pacientes y muy sutiles para poder llegar a ésta pequeña serie de fotografías. Una sesión exprés que no estaba planeada pero que me dejó unas imágenes que me encantaron. Y le digo exprés en todos los sentidos, me voy a tardar más en escribir y publicar ésta entrada en el blog que el tiempo dedicado a la sesión, revelado y publicación en Facebook e Instagram.
Me encantan esas fotografías que no planeas y te sorprenden, esas que te sacan de tu rutina visual y de lo que normalmente haces. Y sobre todo te enseñan que el mundo es mucho más grande y bello de lo que creemos o que incluso nos permitimos ver. Una de las catarinas de la serie de hoy se sumó a nosotros mientras desayunaba con mi familia, se quedó dando vueltas en una bolsa que tenía mi esposa, nos acompaño por más de 40 minutos en lo que regresábamos a casa. Y una vez instalados en nuestro hogar decidimos sacar un flash, un radio y una óptica 100 mm macro y aquí el resultado.
Nuestra segunda modelo llego a la mano de mi esposa, mientras acomodaba algo en el patio de la casa. En el mismo día y con el mismo equipo realizamos la sesión. Son de esas fotografías que si las planeas no salen y no disfrutas igual, hay que dejar que el mundo nos descubra de vez en cuando y dejar que nos sorprenda. ¿Cuándo fue la última vez que te dejaste sorprender por el mundo y le hiciste una fotografía?