Cada emoción tiene un color, tiene un significado que atraviesa nuestro consiente y nuestro inconsciente. Relacionamos lo que sentimos a los colores, los vemos en todos lados, en nuestro entorno, tenemos un color favorito que nos puede describir y representar. El cielo cambia de color dependiendo de la hora del día. La memoria también se llena de colores cuando la activamos.
Incluso hay colores que te tocan el alma, que se cimentan en los sentidos. Y hay personas que llenan de color tu vida. Es el color dentro de cada ser que nos inspira y transforma. La amistad y el amor, la pasión y el olvido, la esperanza y la soledad, la inspiración y la locura, la noche y el día, todas estas emociones y estados las relacionamos con un color.
¿Quién no se ha perdido en unos ojos del color del universo? ¿Quienes no han pasado noches de insomnio y encuentran consuelo en los colores del amanecer? ¿Quién no ha tenido sueños multicolor con la persona que cambio tu vida?
El color es un recurso creativo dentro de la fotografía, es parte del control, manipulación y el entendimiento de la luz. Sin duda está relacionado al cómo nos sentimos en ese momento y de lo que queremos transmitir dentro de una sesión.
Y esta sesión la llenamos de colores, encendimos los sentidos y nos perdimos en el momento de crear a partir del color. Tan simple y tan potente el color como recurso, que puede cambiar un escenario con un simple cambio de color. Les dejo parte de la serie y nos leemos la próxima.
Gracias por leer, mirar y compartir.