De repente de me da por soltar los flashes y adaptarme a la luz ambiente. Equilibrar y adaptarse son 2 buenas palabras que ayudan a la toma de desiciones al momento de hacer una fotografía en una locación. Donde la luz ambiente juega dentro de la exposición y por lógica dentro de la fotografía.
Adaptarse es saber que, no tienes control sobre las sombras o la dirección de la luz. A menos de que estés consiente de el movimiento y posición del sol y de que puedas escoger un horario que te dé mejores resultados.
O simplemente comprender que donde hay luz, va a existir una sombra. Entonces escoger el lugar donde van a caer esas sobras y que favorezca a tu modelo o motivo principal.
Y equilibrar es tomar como base la exposición de la luz del sol y después meter un flash al mismo nivel que acompañe esa base.
El flash está condicionado con la exposición del flash. Y aquí tenemos control total de las sombras, que nos permitan hacer lucir los detalles más importantes, por ejemplo de un rostro.
Es una de las razones por las que prefiero el flash, me permite hacer la foto que quiero, no la que puedo. Pero está bien, de vez en cuando dejar que las sesiones fluyan de una manera más natural.
Si las luces provocadas por el sol, no son favorecedoras en una persona, busca un lugar de sombra, con un lugar agradable. Eso hará una iluminación más uniforme y sin tanto contraste. Tal vez más simple, pero funcional.
Les dejos unas cuantas fotos que le hice a Luna Oz, una tarde de sol en Coyoácan.
Gracias por leer, mirar y compartir.