La mujer es el principio y el fin. Ella tiene la capacidad de robarte el aliento con un roce de sus labios y con ese acto llenarte de vida o acercarte a la muerte.
Te engancha con la mirada y no quieres separarte nunca más, o te pierdes en su brillo y te quedas sin rumbo. La vida y la muerte son mujeres, y de esa dualidad está rodeado su misticismo.
Todo lo que inspira y rodea la mujer está rodeado de esta dualidad. Sus actos, sus palabras, sus logros, su esfuerzo, sus pisadas, su aliento, sus manos, sus caricias, su piel.
Todo lo que nace de ella es un milagro: un nuevo ser, una ilusión, un sueño, una esperanza, una meta de vida, el sentimiento más profundo. Por ellas cruzar el mar es un pequeño sacrificio con tal de vernos reflejados en su mirada, cada noche de insomnio vale la pena si ellas no están en nuestros sueños. Son luz y oscuridad, con su presencia y con su ausencia.
Aquí en México le rendimos homenaje a la muerte, quizá porque también es mujer. La serie del día de hoy quisimos jugar con esos 2 conceptos: la muerte y la mujer, ambas nos intrigan, nos cautivan, les tenemos respeto y a veces les tenemos terror. Pero nos sentimos atraídos hacia su encanto.
Aquí jugamos un poco con el concepto de las catrinas y algo de boudoir. Con pequeños toques de sombras para que cuando aparezca la luz, ella sea la única protagonista. Acariciando la vida y tentando el misterio, mostrar y mostrar, luz y sombra. Me encanto la serie y lo que logramos.
Siempre podemos jugar con los elementos de una fotografía y mezclar ideas. Hoy nos dimos el permiso de ser más libres y llenarnos del encanto del misterio, de la piel y el maquillaje. Ese toque de telas traslúcidas que de repente se distraían y nos volaban los sentidos, siempre acompañados de las sombras y de increíble seguridad y porte que la modelo nos regalo en todo momento.
Les dejo la serie completa, espero sea de su agrado. Gracias por mirar, leer y compartir.