Tiempos de emprendedores, de gente que inicia con todas las ganas proyectos personales ofreciendo servicios o productos. Y de gente que va sumando un año más en los proyectos que iniciaron hace tiempo y siguen manteniéndose o madurando. Ven la necesidad de independizarse, de convertirse en sus propios jefes o simplemente buscar un ingreso extra sumado a sus trabajos fijos, crecer es la clave, y buscan nuevas formas de impulsar sus propuestas, de llegar a un mayor número de personas y dar a conocer sus productos. Infinidad de recursos se encuentran disponibles para lograr ésta metas, desde las opciones gratuitas hasta las grandes inversiones.
Y en este mar de alternativas en las que cada proyecto puede echar mano para impulsar su marca hay algo que no puede faltar y que es el primer contacto que tiene la marca o producto con tus clientes potenciales: Las fotografías. La foto de portada del fanpage, la página de Wix que generas de manera gratuita, mercado libre, los sitios especializados de ventas, un catálogo impreso, todo sin dudarlo está ligado a una fotografía como un primer contacto. El problema radica que en muchas ocaciones es a lo que menos le prestamos atención cuando iniciamos un proyecto, este mundo de inmediatez de que el smartphone más económico te permite hacer una imagen y compartirla, al mismo tiempo que los teléfonos inteligentes más caros del mundo se atreven a hacer publicidad con las cámaras integradas a los equipos minimizando en un click la generación de contenidos, pero dejando de lado las bases y fundamentos de lo que es una buena fotografía, pero sobre todo una fotografía que venda y represente los valores de la marca que respaldan.
La fotografía ayuda a las personas a ver.
Berenice Abbott
Si no le da importancia en una primera instancia a las fotografías al iniciar su proyecto y cree que cualquier foto de celular es suficiente, no pasa nada, no se acaba el mundo, hay otros factores que van a respaldar la calidad de su marca y respaldar las principales características de lo que ofrece al público en general, un texto rimbombante o una frase inspiradora tal vez le alcancen en un mundo visual donde el impacto de las imágenes es determinante. Nos basta con ver a nuestro alrededor cualquier puesto en la calle que vende comida sabe la importancia de una imagen, ahí se alcanza a ver junto a la lista de precios una fotografía deformada o pixeleada adornando sus lonas, fotografías robadas de internet que no tienen lo mínimo para poder ser impresas, pero no pasa nada, para hablar de higiene, sabor y calidad no se necesita de una gran fotografía, ¿O sí?. Recuerden no es lo mismo saber la importancia de una fotografía, que darle el valor necesario que se apegue a mi marca, y pasa en todo, en lo que compramos y en lo que vendemos.
La entrada de hoy es de agradecimiento a los proyectos que han apostado por darle un valor agregado a su empresa o productos a través de mis fotografías y que me han permitido participar. Puede y debe de existir un antes y un después de cada fotografía que van sumando a su marca. Ahora también es un reto, si encontraron valor en invertir para su marca el mantener esa calidad es lo siguiente paso a dar, probablemente se encuentre entre las fotografías nuevas que han realizado y las necesidades que vayan surgiendo para publicidad, banners, portadas y demás. Cuiden mucho lo que hagan con sus fotografías y las decisiones que tomen con ellas.
Y usted querido lector, ¿tiene un proyecto naciente o lleva años vendiendo un producto? ¿Ha probado el valor que da una fotografía profesional a su marca? Será que la fotografía es cara y no tiene ningún valor agregado en una campaña, pues aquí unos ejemplos y ustedes dirán si hay un antes y un después. Cada quién decide el valor que le da a su marca.